lunes, 6 de mayo de 2024

El cuerpo humano es reemplazado completamente cada año.

El cuerpo humano es reemplazado completamente cada año.

Por Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña.

“Un saco vacío, contiene la cantidad de nutrientes hallados en un producto alimenticio industrializado”.

Como resultado del avance científico ahora se conoce que biomoléculas (incluyendo los elementos nutritivos) requiere el cuerpo humano para conservarse en buen estado estructural y funcional.

Los científicos han observado lo que ocurre cuando las biomoléculas son introducidas en el cuerpo dando inicio al proceso de mantenimiento y reconstrucción. Las rutas que siguen dichas sustancias han podido ser seguidas con ayuda de trazadores radiactivos.

Las conclusiones indican que aunque el cuerpo parezca ser el mismo, con unos cuantos centímetros o gamos de más o de menos, al cabo de un año, el 98 % de las biomoléculas viejas, han sido sustituidas por biomoléculas nuevas, que han ingresado a nuestro cuerpo a través del aire que respiramos, del agua que bebemos y de los productos comestibles con que nos alimentamos.

Investigadores como los doctores Paul G. Aebersold y Oscar E Schotter, aseguran que el cuerpo humano posee “una semilla de vida perpetua que conserva al cuerpo en perenne reparación, obteniendo de los alimentos los elementos necesarios”. De acuerdo con el doctor Schotter, con excepción del cerebro y del sistema nervioso central, cada célula de nuestros cuerpos puede ser reconstruida totalmente cada siete años.

Los elementos que el cuerpo requiere para su reconstrucción, se encuentran en los alimentos naturales. Para que los elementos nutritivos sirvan como refacciones para sustituir las piezas desgastadas de las células y tejidos, deben encontrarse en su forma original, natural y biológicamente activa, si dichos elementos son modificados ya sea por los procesos de producción, almacenamiento, transporte, industrialización, o por el calor de la preparación culinaria, dejan de ser útiles como piezas de reemplazo y reconstrucción celular.

Entre las biomoléculas necesarias para el mantenimiento y reconstrucción celular se encuentran los nutrientes ya conocidos (vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, hidratos de carbono, ácidos grasos esenciales, etcétera), pero también muchas otras sustancias químicas de origen biológico que aun no se han catalogado como nutrimentos, así como fitoquímicos que cumplen con una función de protección celular.

Los alimentos naturales, integrales y frescos que contienen sus nutrientes y demás biomoléculas sin alterar, con necesarios para mantener la integridad de las células y tejidos del cuerpo humano. En cambio, los alimentos procesados, elaborados con ingredientes refinados, nutrientes alterados, biológicamente inactivos, y aditivos químicos, solo contienen calorías vacías carentes de cualquier calidad nutritiva y no cumplen con los requisitos para ser considerados como alimentos reparadores y mantenedores de la salud.

Comer por lo tanto, no debe ser considerado como una mera tarea domestica cuya responsabilidad se puede delegar a empresas comerciales que solo buscan el lucro sin importar la salud y el bienestar humano, la alimentación deberá considerarse como una de las prioridades más importantes y de mayor trascendencia para la salud física y mental del ser humano.

Cada persona debe hacerse por lo tanto, responsable de su alimentación, ya que de esta actividad depende fundamentalmente la salud física y mental, el bienestar, la calidad de vida y el desarrollo humano.

Cada persona debe hacerse cargo de la responsabilidad de su alimentación y del cuidado de su salud. No podemos delegar esta responsabilidad a las instituciones gubernamentales o a las empresas comerciales.

El comer correctamente, y el cuidado de nuestra salud, es sin lugar a duda, una responsabilidad personal, y la libertad de hacerlo, es un derecho que el estado debe reconocer y respetar.

Las personas, tenemos por lo tanto todo el derecho de repudiar y rechazar, los alimentos industrializados, pletóricos de energía (calorías vacías) son severamente nocivos, obesogénico, diabetogénicos y causantes de un sinnúmero de enfermedades. Tenemos derecho a defendernos del fraude que cometen contra la población las industrias agroalimentarias, y los consorcios comerciales que distribuyen sus “productos comestibles”.

Hace algunos años, una empresa que fabrica y distribuye complementos nutritivos, emprendió una campaña publicitaria enviando a sus potenciales clientes unas bolsas vacías, cada una llevaba adentro una tarjeta que decía: “Este saco vacio contiene la cantidad de nutrientes hallados en un producto alimenticio industrializado”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario